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Dejar de fumar tras un diagnóstico de cáncer prolonga la esperanza de vida

Así lo plantearon investigadores de Estados Unidos que analizaron datos de más de 13.000 pacientes.

Dejar de fumar tras un diagnóstico de cáncer prolonga la esperanza de vida

Así lo plantearon investigadores de Estados Unidos que analizaron datos de más de 13.000 pacientes.

Dejar de fumar productos con tabaco después de haber recibido un diagnóstico de cáncer reduce el riesgo de muerte, incluso en pacientes con enfermedad avanzada.

Así lo reveló un estudio observacional realizado por científicos del Centro del Cáncer Alvin Siteman de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos.

La investigación fue publicada en la revista Journal of the National Comprehensive Cancer Network (JNCCN).

 

Dejar de fumar tras un diagnóstico de cáncer reduce el riesgo de muerte, incluso en casos avanzados.

Se analizaron datos de 13.282 personas con cáncer atendidas en consultas externas entre junio y diciembre de 2018, y se siguió su evolución durante dos años.

Los resultados muestran que quienes abandonaron el tabaco después del diagnóstico vivieron más tiempo que quienes continuaron fumando, independientemente del tipo o estadio del cáncer.

El estudio, liderado por Steven Tohmasi, contó con la colaboración de expertos de la Universidad de Wisconsin.

 

Un estudio en los Estados Unidos analizó a más de 13.000 pacientes con cáncer y su relación con el tabaquismo.

Los investigadores se enfocaron en una pregunta clave para la oncología: ¿realmente vale la pena dejar de fumar tras recibir un diagnóstico de cáncer, incluso cuando la enfermedad está avanzada?

Hasta ahora, la evidencia sobre el impacto de dejar de fumar en la supervivencia de pacientes con cáncer avanzado era limitada y, en ocasiones, contradictoria.

Los investigadores aportaron datos sólidos obtenidos en la práctica clínica real, fuera de ensayos controlados. Abarcaron una amplia variedad de tipos y estadios de cáncer.

De los más de 13.000 pacientes incluidos, el 13% fumaba en el momento de la consulta inicial, el 37,6% había fumado en el pasado y el 49,5% nunca había fumado.

El análisis estadístico, que ajustó por edad, sexo, tipo y estadio de cáncer, mostró que las personas que seguían fumando tenían un 97% más de riesgo de morir en los dos años siguientes que aquellos que dejaron de fumar tras el diagnóstico.

"La cesación tabáquica tras el diagnóstico se asocia con una mejor supervivencia global en los supervivientes de cáncer, incluidos aquellos con enfermedad avanzada", escribieron los investigadores.

En este subgrupo, los individuos que continuaron fumando presentaron más del doble de riesgo de muerte en comparación con los que abandonaron el tabaco.

Además, la diferencia en la probabilidad de supervivencia a dos años fue notable: el 85,1% de los que dejaron de fumar seguía vivo a los dos años, frente al 74,7% de quienes continuaron fumando.

 
El trabajo también comparó la supervivencia según el historial de tabaquismo. Las personas que nunca habían fumado presentaron las mejores tasas de supervivencia, seguidos de quienes habían dejado de fumar antes del diagnóstico, y en último lugar quienes fumaban en el momento de la consulta.

 

El 22% de los pacientes que fumaban al momento del diagnóstico lograron dejar el tabaco en seis meses, de acuerdo con el nuevo estudio.

Aun así, dejar de fumar tras el diagnóstico supuso una mejora significativa respecto a continuar con el hábito.

El beneficio de dejar de fumar se observó en todos los grupos, pero fue especialmente claro en aquellos que tenían cáncer en estadios avanzados (III o IV).

Fuente: Infobae. 

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