
La arrogancia y la desatención del gobierno: un peligroso riesgo para la dignidad docente
Comunicado del S.E.CH.
Como es de conocimiento, el Sindicato de Educadores del Chaco (SECH) continúa su incesante lucha por los derechos y la dignidad de nuestros profesionales en la educación. Tras semanas de manifestaciones y peticiones, es crucial que el gobierno tome con seriedad nuestras demandas y actúe con la responsabilidad y celeridad que la situación requiere.
En este escenario, la ausencia de ajustes salariales justos en medio del aumento del costo de vida ha llevado a nuestros docentes a enfrentar graves dificultades económicas. El incremento en los precios de servicios, combustibles y la canasta básica ha debilitado nuestro poder adquisitivo. Por lo tanto, solicitamos de manera urgente una propuesta salarial concreta que se ajuste a las necesidades reales de quienes trabajan en la educación.
Sin embargo, los desafíos no se limitan solo a cuestiones salariales. Nuestro sistema educativo enfrenta problemas estructurales significativos, como la insuficiencia en la asignación de presupuestos, la carencia de material básico y la negativa injustificada a otorgar licencias por enfermedad, lo que pone en peligro nuestros derechos laborales. También denunciamos los altos cobros adicionales en consultas médicas por parte de los prestadores del INSSSEP.
Nos resulta alarmante que, a pesar de las promesas gubernamentales de respaldo a los trabajadores, se hayan aplicado descuentos por días de paro que superan los límites razonables, incluso los establecidos por la ley. Esto no solo representa una forma de represalia, sino que señala un retroceso en nuestra lucha por dignificar la labor docente.
Frente a esta complicada situación, el SECH ha convocado a un paro de 48 horas, que se llevará a cabo los días martes 20 y miércoles 21 de agosto de 2024, con ausencia en los lugares de trabajo y una asamblea virtual programada para el miércoles 21 de agosto a las 19:00 horas. Esto tiene como objetivo unir fuerzas y continuar defendiendo los derechos de los educadores. Es fundamental que el gobierno escuche nuestras exigencias con el compromiso y la urgencia necesaria, mostrando un auténtico respaldo a la educación pública y a quienes la hacen posible.
Luego de una evaluación crítica de los primeros siete meses del año, es evidente que enfrentamos retos significativos en el sistema educativo. Nos topamos con una falta de avances y una alarmante escasez de convocatorias, agravando aún más la situación actual.
Es esencial que retomemos el camino y reconstruyamos los cimientos que sostienen nuestra labor como educadores. Es imperativo que el gobernador Leandro Zdero reconozca que la implementación de la cláusula gatillo, lograda por la docencia en luchas desde 2019, no representa un aumento real. Aunque ayuda a detener la pérdida de poder adquisitivo ante la inflación, no soluciona el hecho de que nuestros salarios siguen por debajo de la línea de pobreza e indigencia.
En este sentido, el compromiso del ministro de economía de eliminar el presentismo (ítem aula) y ajustarlo al valor del punto sigue siendo solo una promesa sin respuesta. Es vital que continuemos en la senda del diálogo y convoquemos a una mesa de discusión sobre política salarial y condiciones laborales, para mejorar el bienestar de nuestros trabajadores y avanzar hacia una educación de calidad para todos.
Unámonos en esta lucha por un futuro educativo prometedor y la dignificación de nuestra labor docente.
“Ningún docente pobre”