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El kirchnerismo, entre el dólar y “la revancha del de Balcarce”

Hay dos proyecciones que perturban desde hace unos días al kirchnerismo. La primera es electoral: una encuesta propia del Instituto Patria, presencial, da al Frente de Todos en un tercer lugar par...

Hay dos proyecciones que perturban desde hace unos días al kirchnerismo. La primera es electoral: una encuesta propia del Instituto Patria, presencial, da al Frente de Todos en un tercer lugar para la primaria. El candidato con mayor intención de voto, por bastante, es Milei. La segunda preocupación parte de un supuesto económico: incluso si llegara un adelanto del FMI, solo hay dólares suficientes hasta agosto. Esta semana, cuando el ministro de una provincia lo llamó para reprocharle la medida que les restringe a los gobernadores el acceso a divisas para pagar deuda, Miguel Pesce, presidente del Banco Central, admitió que el Gobierno estaba en una situación desesperante.

Ambas convicciones vienen condicionando los movimientos de Massa. Al igual que del viaje a Brasil, el ministro trajo poco de China. “Mucha disposición política”, resumiría Lula. Vista con optimismo, la ampliación del swap anunciada ayer puede aportar de todos modos algo de alivio en este contexto. Le permitirá al Gobierno, por lo pronto, liberar parte de los dólares que destina habitualmente a pagar importaciones chinas y utilizarlos para evitar corridas cambiarias, pero también como herramienta para negociar con los supermercados: si no mantienen Precios Justos, no habrá yuanes para productos que vienen de Asia. Es lo que viene haciendo.

Todo suma en medio de la escasez. “Estamos contando los días como los presos”, describieron en un banco. Anteayer, 12 horas antes de que aplicaran el aumento del 3,2% que les permite Precios Justos para la primera quincena de cada mes, proveedores de alimentos recibieron llamadas sorpresivas de la Secretaría de Comercio: se les pedía no remarcar hasta el 15 de junio, y hacerlo en todo caso desde entonces y en 5%, toda la pauta del mes. Dos semanas equivalen en la Argentina a la eternidad.

El sostenimiento de esta precariedad depende en gran medida de lo que pueda adelantar el Fondo, y por eso Massa procura el respaldo de la Casa Blanca. Es probable que eso lo haya terminado de convencer de rechazar la invitación a comer en Shanghái con las autoridades de Huawei, un vínculo que inquieta en Washington. Aceptó Máximo Kirchner, que le agradeció después a China la “ayuda sin presiones”. ¿Ese doble juego de la delegación pretendió forzar el respaldo de Biden? Pensarlo sería sobreestimar el rol de la Argentina en la geopolítica, pero en el Gobierno hay quienes razonan con frecuencia según esa lógica. En el Instituto Patria, por ejemplo, vienen desde hace días entusiasmados con la idea de retacearle a Toyota dólares para importar y, así, llamar la atención del gobierno de Japón, el socio del FMI más reacio a aceptar giros adicionales para la Argentina.

Son en realidad presiones abstractas. El Banco Central ya no tiene la capacidad de discriminar: faltan dólares para todos, y eso quedó claro con las últimas restricciones. Varias provincias le pidieron esta semana al gobierno de Schiaretti una copia del amparo que presentó en la Justicia contra la medida que les impide adquirir más del 40% a la cotización oficial para pagar deuda. Pretenden ir por la misma vía. Hay malestar en todas, pero principalmente en Neuquén y Mendoza. Se quejan de que el daño que les provoca la decisión es infinito en relación con el supuesto beneficio para el Banco Central. Si todas deberán cubrir sus vencimientos con fondos que tienen en cuentas cuyos encajes están en el ente monetario, razonan, ¿dónde estará el ahorro? ¿La diferencia es solo que en un caso se perderán reservas netas y en el otro, brutas? La respuesta que les dio Pesce expone las prioridades del Gobierno: “El Fondo monitorea las netas”. Quedan meses difíciles hasta diciembre.

Es probable que lo liquidado esta semana por el último dólar soja sea el stock para varios días. En las empresas lo intuyen. Las automotrices ya no tendrán acceso a divisas por este año; las petroleras, al menos por tres meses. Incluso los laboratorios, hasta hace poco con prioridad y todos de buena relación con el Gobierno, padecen el racionamiento. Cilfa, la cámara que los nuclea, se lo reclamó a la Secretaría de Comercio: dice que no hay todavía faltantes generalizadas en las farmacias, pero sí en insumos que la industria emplea para el suero de hospitales, leches medicinales, bienes de capital o cremas que fabrica Andrómaco.

Es imposible que estas dificultades no conspiren contra una eventual candidatura de Massa a presidente. En el Frente de Todos empiezan a elucubrar modos de compensarlo. ¿Cuánto vale mantenerlo dentro del proyecto? “Nos la cobró doble cuando se sumó en 2019, imaginate ahora: va a salir el triple”, razonó un dirigente del kirchnerismo. Hay que reconocerle al líder del Frente Renovador haber ampliado su poder interno. Si entonces negoció sin que se supiera cabalmente cuántos votos tenía para aportarle a la coalición, ahora lo hará sobre un supuesto más firme: la posibilidad de una corrida si abandona el Palacio de Hacienda. Tal vez a Malena le interese revisar la cuenta “@TuitsBorrados”.

Pero en el horizonte de Massa acaba de aparecer una sombra: Scioli, su peor adversario, insiste en competir en las primarias. “Pichichi es tozudo”, describen en el kirchnerismo, inquietos porque vendrá con el respaldo de la Casa Rosada. “Es la venganza del de Balcarce”, dijo un sindicalista en alusión a Alberto Fernández. “Del okupa”, agregaría Fernanda Vallejos. El embajador en Brasil incorporó a Victoria Tolosa Paz como candidata a gobernadora. “Eso equivale a tener a Pepe Albistur: resuelta la campaña”, agregó alguien de buena relación con el Instituto Patria.

Scioli prepara además un encuentro con Hugo Moyano. Tal vez para la semana próxima. El rol del camionero sería para él una múltiple carambola. Primero, agregará más tensión dentro de la CGT, que no fue al último acto de Cristina Kirchner. Moyano sigue distanciado de la expresidenta, a quien vio en persona por última vez en 2018. El otro servicio que puede ofrecer es invaluable en tiempos electorales: tiene afiliados para cuidar votos en los 135 municipios. ¿Qué podría pedirle a cambio a Scioli? Lugares en las listas y hasta en la fórmula. Hay, por ejemplo, un dirigente que el camionero considera competitivo, que es su hijo Facundo. Casualmente, un exmassista. ¿Podría él acompañar a Tolosa Paz? En el peronismo no lo descartan. En 2019, cuando ella peleó la interna de La Plata con Florencia Saintout, la secundaba Miguel Forte, referente local del gremio.

Scioli necesita entonces unos 4000 candidatos. Hace diez días, dos intendentes, uno de la tercera sección electoral y otro de la cuarta, se le acercaron para admitir que estaban incómodos con la idea de que él les pusiera competidores en sus distritos. En el kirchnerismo reconocen que el exgobernador les complicó la primaria. “Ya estamos como Juntos por el Cambio”, dijo un dirigente. Por eso quieren contener a Massa. Es una coincidencia que tienen con los empresarios: acorralarlo hasta el límite de la renuncia complicaría todo todavía más. Y más con los antecedentes de la Argentina, habituada a recorrer los problemas en sentido inverso: ni los enfrenta ni los resuelve; los agrava.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-kirchnerismo-entre-el-dolar-y-la-revancha-del-de-balcarce-nid03062023/

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