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Confirmaron prisión domiciliaria para tres futbolistas de Vélez y habló la denunciante: "Mi vida es un infierno"

La jueza de la causa mantuvo las medidas sobre Florentín, Osorio y Cufré por presunto abuso sexual, mientras que el arquero Sosa aun no pagó la fianza. La víctima habló ante la Justicia sobre lo que pasó esa noche.

La decisión judicial sobre el caso de los futbolistas de Vélez acusados de abuso sexual en Tucumán se mantuvo firme este lunes, con la jueza Laura Casas confirmando la prisión domiciliaria para Abiel Osorio, Braian Cufré y José Florentín Bobadilla. Estos jugadores deberán encontrar un lugar donde residir bajo supervisión policial.

 

Mientras tanto, el arquero Sebastián Sosa sigue detenido en la Dirección General de Investigaciones debido a que aún reunió el dinero necesario para pagar la fianza.

 

La decisión de la jueza Casas fue el resultado de una jornada de debates entre las defensas de los futbolistas y los representantes de la fiscalía, así como de la presunta víctima, quien se opuso firmemente a la liberación de los acusados.

 

La joven periodista deportiva que denunció la agresión sexual la noche del pasado 3 de marzo expresó su descontento ante la posibilidad de que los acusados obtuvieran beneficios como la prisión domiciliaria, señalando que estos privilegios contrastan con las restricciones que ella experimenta como víctima. Sugirió que, dada la capacidad económica de los futbolistas, podrían alquilar una casa con lujosas comodidades mientras esperan el juicio.

 

Por su parte, las defensas argumentaron la necesidad de trasladar a los acusados a Buenos Aires, con el fin de evitar posibles encuentros con la presunta víctima, evidenciando el temor de esta última ante tal posibilidad.

 

Entre algunas de las declaraciones que se conocieron de la joven víctima de 24 años, está el relato de lo ocurrido aquella noche en un hotel del centro de la ciudad de Tucumán y como sigue su vida después del hecho.

 

"Para mí esto va a ser mi prisión, porque mi vida es un infierno y una cárcel desde hace tres semanas, me parece una locura", afirmó la periodista. "Yo ya no tengo nada en la vida, no tengo privacidad, no tengo identidad, no tengo intimidad, no tengo absolutamente nada, solamente tengo mi vida, es lo que me motiva a seguir acá y a pelear por mí y por todas las que venimos atrás", señaló.

 

Si bien admitió haber aceptado la invitación de Sosa al hotel, tal como se pudo leer en chats filtrados, aclaró que lo que ocurrió en la habitación "fue sin consentimiento".

 

Ante esto, agregó: "Yo di mi consentimiento para ir voluntariamente, pero todo lo que pasó después no estuvo consentido. Yo acepté ir espontáneamente todo lo que sigue después no lo acepto". "Me pueden escuchar con mucha fortaleza, entera, pero les aseguro que no es así, por dentro mi alma está desgarrada", expresó.

 

"Es al otro día a la tarde cuando tengo la cabeza en frío, la mente en frío y me empiezo a acordar de lo que me habían hecho. Ahí mi cabeza era otra y yo dimensiono lo que me hicieron. Me vengo a enterar recién ahora y en la cámara de seguridad se los ve abrazados y riéndose, como una victoria, por lo que me habían hecho. Me encantaría entender bien qué sentían en ese momento", enfatizó.

 

La resolución de la jueza Casas marca un nuevo capítulo en este complicado caso, que sigue generando debate y controversia en la opinión pública y el ámbito judicial.

 

DIARIOCHACO

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